septiembre 11, 2013
La calificadora de riesgo Standard & Poor’s redujo la nota de los
bonos argentinos porque el país aún mantiene bonos en default. La
agencia bajó la nota de la deuda: a largo plazo en moneda extranjera y
local de B- a CCC+; mientras que la nota de la deuda a corto plazo pasó
de B a C.
“El juicio podría dar lugar a la interrupción de los pagos de los
bonos actualmente bajo la jurisdicción de Nueva York, que podrían llevar
a la Argentina a realizar un canje de deuda que podríamos considerar
como dificultades”, explicó la agencia, en relación a los holdouts y como motivo para la descalificación.
Está a la vista, entonces, el peligro de un default técnico en caso de no aceptar la Suprema Corte de los Estados Unidos la apelación presentada por presentada por el Estado nacional ante la sentencia de segunda instancia que favorece a los holdouts.
Mientras tanto, malas noticias no son las que faltan. La inflación de agosto fue del 2,11%, con un aumento muy importante en las verduras debido a las heladas, en tanto que ahora pasamos a una intensa sequía que afecta a varias provincias, con epicentro en Córdoba, donde hay una emergencia que también alcanza a Entre Ríos y Corrientes. El gobierno está atravesando desastres que provienen de la naturaleza y otros autogenerados. Alguna vez la presidente dijo que estaba enfrentando las siete plagas de Egipto. Las mismas las sufrió el faraón por no dejar ir sus esclavos hebreos. Pues bien, el 11 de agosto pasado, una buena parte de los esclavos locales rompieron sus cadenas al quitarle su voto al oficialismo. Pero el final todavía está lejos.
Los 100.000 pesos mensuales que gana Echegaray no alcanzarían para explicar su mansión en un country ni su gigantesco departamento en Punta del Este, acompañados de un nivel de vida esplendoroso. Tampoco podrían justificar haberle regalado a su hija de 18 años para su cumpleaños un Audi Uno blanco que le costo $ 260.000. Claro está que en este tema la presidente da el ejemplo, ya que tampoco puede explicar el origen de sus bienes pero lo logra gracias a jueces corruptos y fiscales complacientes o amenazados. Pero los resultados del 11 de agosto pasado y el previsible del 27 octubre colocarían al cristinismo en una situación de extrema gravedad. La presidente está frente a una verdadera caja de Pandora que no se anima a abrir. La misma contiene atrasos tarifarios del orden del 300% en luz y gas y del 500% en transportes más un atraso cambiario de cerca del 70%. En agosto, la compra de autos importados al dólar oficial subió el 54%, en un verdadero despilfarro de divisas que junto al turismo al exterior arrojaran un déficit de 7.000 millones de dólares. Un número similar al del déficit energético.
Es difícil saber qué hará la presidente el 28 de octubre, teniendo en cuenta su desequilibrio emocional y alejamiento de la verdadera realidad de los graves problemas económicos que padece la Argentina, es decir, si seguirá pensando que estamos mejor que Australia y Canadá o asumirá la grave crisis que enfrenta. Si no lo hace, seguramente chocará el Titanic que está piloteando. En el peronismo ya empezó el sálvese quien pueda y los deslizamientos de dirigentes, empresarios y sindicalistas son bastante mayores que lo que se conoce por los medios.
Está a la vista, entonces, el peligro de un default técnico en caso de no aceptar la Suprema Corte de los Estados Unidos la apelación presentada por presentada por el Estado nacional ante la sentencia de segunda instancia que favorece a los holdouts.
Mientras tanto, malas noticias no son las que faltan. La inflación de agosto fue del 2,11%, con un aumento muy importante en las verduras debido a las heladas, en tanto que ahora pasamos a una intensa sequía que afecta a varias provincias, con epicentro en Córdoba, donde hay una emergencia que también alcanza a Entre Ríos y Corrientes. El gobierno está atravesando desastres que provienen de la naturaleza y otros autogenerados. Alguna vez la presidente dijo que estaba enfrentando las siete plagas de Egipto. Las mismas las sufrió el faraón por no dejar ir sus esclavos hebreos. Pues bien, el 11 de agosto pasado, una buena parte de los esclavos locales rompieron sus cadenas al quitarle su voto al oficialismo. Pero el final todavía está lejos.
La caja de Pandora del 28 de octubre
Ricardo Echegaray, el administrador de la AFIP, esclaviza a la ciudadanía con la presión fiscal más importante de la historia, mientras hace la vista gorda con los empresarios del poder, como Cristóbal López y Lázaro Báez, dos de los tantos testaferros de la familia Kirchner. El primero recibe el beneficio de la vista gorda a su evasión del impuesto a los combustibles, en tanto que Báez acumula cientos de facturas truchas.Los 100.000 pesos mensuales que gana Echegaray no alcanzarían para explicar su mansión en un country ni su gigantesco departamento en Punta del Este, acompañados de un nivel de vida esplendoroso. Tampoco podrían justificar haberle regalado a su hija de 18 años para su cumpleaños un Audi Uno blanco que le costo $ 260.000. Claro está que en este tema la presidente da el ejemplo, ya que tampoco puede explicar el origen de sus bienes pero lo logra gracias a jueces corruptos y fiscales complacientes o amenazados. Pero los resultados del 11 de agosto pasado y el previsible del 27 octubre colocarían al cristinismo en una situación de extrema gravedad. La presidente está frente a una verdadera caja de Pandora que no se anima a abrir. La misma contiene atrasos tarifarios del orden del 300% en luz y gas y del 500% en transportes más un atraso cambiario de cerca del 70%. En agosto, la compra de autos importados al dólar oficial subió el 54%, en un verdadero despilfarro de divisas que junto al turismo al exterior arrojaran un déficit de 7.000 millones de dólares. Un número similar al del déficit energético.
Es difícil saber qué hará la presidente el 28 de octubre, teniendo en cuenta su desequilibrio emocional y alejamiento de la verdadera realidad de los graves problemas económicos que padece la Argentina, es decir, si seguirá pensando que estamos mejor que Australia y Canadá o asumirá la grave crisis que enfrenta. Si no lo hace, seguramente chocará el Titanic que está piloteando. En el peronismo ya empezó el sálvese quien pueda y los deslizamientos de dirigentes, empresarios y sindicalistas son bastante mayores que lo que se conoce por los medios.

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