lunes, 9 de septiembre de 2013

El verso infame de la seguridad K







09/09/13 - 06:17hs



 
La política electoralista del gobierno nacional, que desplegó un operativo de seguridad con las fuerzas de Gendarmería en la provincia, se revela problemática en el mediano y largo plazo, ya que las funciones de los nuevos efectivos que patrullan las calles bonaerenses se superponen con las de la policía, que debe reorganizarse sobre la marcha. 

Así, con poco sentido estratégico, una fuerza financiada con impuestos nacionales se puso al servicio de una sola provincia discriminando al resto de los ciudadanos del país que también sufren severos problemas de inseguridad. Pero el problema de la (des)política de seguridad K se aprecia también a la luz de los números. En el año 2013, el monto presupuestado para subsidios a Aerolíneas Argentinas asciende a $3.120 millones. Si esos recursos se distribuyeran entre las provincias en función a la población, Buenos Aires recibiría $1.310 millones, es decir, un monto similar a los $1.263 millones que demanda el actual programa de Gendarmería de seguridad ciudadana.

Limitar el derroche de recursos en los déficits de Aerolíneas Argentinas aportaría fondos frescos para atender la inseguridad y modernizar las policías provinciales. Además, evitaría incurrir en riesgosas e ineficientes superposiciones de funciones entre las fuerzas de seguridad, permitiendo que la Gendarmería vuelva a cumplir los roles para los que fue creada, que es el cuidado de las fronteras y la seguridad nacional. Sacando a sus agentes, a su vez, del vergonzoso estado de situación en el que se encuentran, durmiendo en condiciones paupérrimas y trabajando sin los recursos mínimos. 

Lamentablemente, ante la desesperación por los magros resultados electorales, la farsa de la política K se vuelve a revelar inútil.

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