11/09/2013
Así negocia AeroAxel
Trastienda secreta de las reuniones de Kicillof con directivos chilenos.
“Tengo que arreglar el quilombo que armó Recalde”.
Pelea. Kicillof recibió a LAN por pedido de CFK. Todo
comenzó cuando el Gobierno le quitó el servicio de mangas en los
aeropuertos.
“Estoy acá para arreglar el
quilombo que armó Mariano Recalde”, se sinceró Kicillof ante sus
interlocutores. Había recibido la orden directa de Cristina Fernández de
recibir a los directivos de la compañía y limar asperezas. “Quédense
tranquilos, ni Cristina ni yo queremos que se vayan del país”, sostuvo el
funcionario, pero no alcanzó para bajar la tensión.
Entretelones. El cónclave fue el jueves 29 de agosto en el despacho de
Kicillof en el quinto piso del Ministerio de Economía. Fue el propio
funcionario el que solicitó que a la reunión se presentara el CEO de LAN
Airlines, Cueto. No le alcanzó la primera reunión del lunes 26 con el máximo
responsable de LAN Argentina, Gustavo Lopetegui, ex ministro de Producción
bonaerense durante la gestión de Felipe Solá y compañero de gabinete de
Florencio Randazzo. La reunión inicial entre Kicillof y Lopetegui no
trascendió, aunque sirvió para que el Gobierno conociera de primera mano la
posición corporativa.
Allí, ya hubo una
autocrítica oficial. “Quizás al ORSNA (Órgano Regulador del Sistema Nacional de
Aeropuertos ) se le fue la mano”, reconoció el economista estrella de Cristina.
En el medio de los dos
encuentros, se hizo público un video donde el gerente de Aerolíneas Argentinas,
Mariano Recalde, aseguraba en el 2010 que le había pedido a Cristina sacarle
rutas aéreas a LAN. Y eso tensó todavía más la relación. A la resolución del
ORSNA se sumaba un pedido de La Cámpora para complicarles las operaciones a los
chilenos.
Para bajar los decibeles,
Kicillof llegó a ofrecer subsidios por los costos extra que le generarían a la
empresa chilena el traslado del hangar. Para eso, cada noche los aviones
deberían volar vacíos (en la jerga se conoce como “ferry”) de Aeroparque a
Ezeiza. Según estimaciones privadas, los costos extra llegarían a 3 millones de
dólares anuales por cada uno de los 12 aviones que operan en el país.
Los chilenos rechazaron de
plano la oferta y argumentaron cuestiones operativas. Sobre el final, Kicillof
solicitó un informe técnico sobre la necesidad de mantener el hangar en
Aeroparque y los representantes de la empresa se comprometieron a entregarlo.
“El Gobierno tiene que
salir airoso de este tema. Ustedes me van a conseguir las rutas en Brasil y
Chile”, bajó línea Kicillof. NOTICIAS reconstruyó el diálogo con diversas
fuentes gremiales, pero los voceros de la compañía aérea chilena lo negaron.
En el mercado causó
sorpresa el pedido del Gobierno. En primer lugar, porque LAN no es la autoridad
encargada de asignar las rutas aéreas en Chile. Y en segundo lugar, porque
Aerolíneas, durante la gestión de Marsans, ya operó en los cielos del país
trasandino bajo el paraguas de Aerolíneas del Sur. Sin embargo, en el 2008
decidió dar de baja los vuelos y suspender las operaciones.

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